Cuando quitas una foto de la pared, "desaparece" el recuerdo de tu vida cotidiana, pero queda un hueco, un vacío, una hiancia. Y cada día cuando te levantas, hay un hueco que recuerda justamente que antes no lo había.
Puedo olvidar tu sonrisa, tus ojos, tus manos. Puedo olvidar tus rincones, sabores y olores. Puedo olvidar tu calle, teléfono, tus versos y cuentos. Puedo olvidar tus canciones, tus besos, tus gestos y momentos.Puedo quemar cartas, romper fotos, tirar regalos. Puedo borrarte, sacarte, eliminarte, olvidarte...