A veces se tiene la sensación de que algo se desató. Una serie de eventos desencadenados.
Tan sólo un segundo, una mala decisión. O tal vez simplemente algo que se nos paso. Que no vimos armarse a tiempo. Un momento que no es igual, algo distinto alrededor. Un detalle. Algo en el aire.
El determinismo en su forma más pura. Destino. Maktub, estaba escrito. No podría haber sido distinto.
Indetenible. Irreversible. Eterno.
Como un primer beso, al que se llega sin saberlo.
Como una discusión trivial, que inicia un final.
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