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miércoles, 18 de agosto de 2010

Dolores infernales

Luego de varias horas de consideración he llegado a la conclución de que Van Gogh no se cortó la oreja en un ataque de epilepsia. No.
Se la corto en un ataque de otitis.
Y si tuviera su coraje, creo que me la cortaría también.

2 comentarios:

  1. Por si no te has recuperado, te puedo sugerir que tomes un martillo y te des sin escatimar fracturas en la rodilla izquierda. No cura la otitis, pero la puta que duele (mas).

    O bien, que tomes una botella de anis “8 hermanos” y te la rompas en el marulo, la masa encefálica en la alfombra, ahuyenta todos los demás dolores (dicen las doñas del campo).
    Besos (con onda).-

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  2. Jajajajajaa, gracias Valen!
    Voy a empezar por el martillo, que me parece menos extremo, y probablemente muy efectivo, jeje. Pero por las dudas iré comprando la botella... No me extrañaría que uno de estos día la vaya a necesitar. (Tomarla seguramente me genere un lindo dolor de higado también, y ahí si que me olvido de todo xD)
    Besos (con onda =)

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